Siendo
habitantes de un mundo en el cual la proliferación de los mass media y la conectividad global han replanteado la manera como
nos relacionamos entre nosotros mismos y con el mundo, resulta absolutamente
vigente el estudio de los precursores de la investigación en Comunicación. Y
quién más relevante que Marshall McLuhan para elaborar un panorama del
funcionamiento de las tecnologías comunicacionales en su relación directa con
el hombre. Viendo la forma como la tecnología comienza a estar presente en todos
los ámbitos de la vida humana, la idea mcluhaniana de los medios como
extensiones de hombre comienza a tener mucho más sentido del que pudo habérsele
otorgado en su momento. Los dispositivos móviles que tanto crecimiento y
divulgación han tenido ahora (Blackberry, iPhone, Android) han empezado a
corroborar el sentido protésico que McLuhan auguraba en los medios. Y medios no en su simple sentido de medios masivos de comunicación, sino en
el sentido que el profesor Sergio Roncallo, estudioso de McLuhan, les otorga:
todo aquel mecanismo que sirva para obtener un fin más fácilmente. Pero, ¿cuál
es el fin pretendido con todos estos dispositivos que ahora parecen extensiones
de los adolescentes y ejecutivos? ¿Dónde quedará la interacción física si los
celulares se consolidan como prótesis del hombre?
Si
desde McLuhan comprendemos que el medio a través del cual fluye una información
no es simplemente un canal sino que es también parte de la significación
otorgada al mensaje (interpretación más concreta de la famosa consigna “el
medio es el mensaje”), podemos entender el hecho de que el Blackberry o el
iPhone, a los cuales se les ha etiquetado únicamente como “transmisores” o
“facilitadores” de la comunicación, estén arraigándose tan rápido en la
cultura. Y es que, siguiendo la línea mcluhaniana, estos medios no son pasivos,
no son meros canales de información, sino que en sí mismos contienen una manera
muy concreta de comprender las relaciones sociales. No por nada se generar
desde el mismo dispositivo códigos tan fluctuantes. Y es por eso que considero
que, como muchos otros académicos han dicho, McLuhan previó lo que nos
ocurriría. Veo el mundo alrededor del cual me muevo y me sorprende la validez
de sus argumentos. El ejemplo de los smartphones
que cité anteriormente es tan sólo una pequeña prueba de cómo McLuhan vio lo
que se nos venía encima. Medios activos, no inocentes, protésicos y extensivos
pero a la vez devoradores. Un mundo en el que los transmisores son
cognoscitivos en sí mismos.
Para que lo escuchen ustedes mismos en boca del mismo McLuhan, dejo este video sobre qué significa realmente pensar que 'el medio es el mensaje':
Me gustó mucho la entrada, no sólo por que logra cuestionar al lector sino porque es una temática que, como bien se anuncia, está presente en el día a día. Estoy de acuerdo en que los dispositivos móviles ahora son prótesis del hombre. Excelente complemento de las palabras de Mc Luhan.
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